En un mundo donde las prisas se imponen cada vez más, desde Rafael Llopis seguimos apostando por darle al producto el tiempo que realmente necesita, amasando el pan, dejándolo fermentar, y en el momento oportuno metiéndolo a la pala en el horno a la temperatura adecuada.
Un ritual que cada día realizamos para satisfacer la calidad que exigen nuestros clientes.